Los machos castrados ya no tienen ganas de vagar por el vecindario para aparear. Debido a esto, la posibilidad de que sean atropellados por un automóvil baja y son más probables de permanecer en casa donde está seguro. Además, son menos probables de contraer enfermedades contagiosas, y pelean menos con otros animales.
Para los machos, la castración disminuye las posibilidades de desarrollar enfermedades de la próstata y hernias, y elimina las posibilidades de desarrollar cáncer testicular. También reduce problemas con agresividad territorial y sexual, rociada inapropiada y otros comportamientos de machos no deseados.
Para las hembras, la esterilización disminuye la incidencia del cáncer de mama (la tasa es casi cero si están esterilizadas antes de su primer ciclo estral). Elimina la posibilidad de desarrollar una infección del útero grave y potencialmente mortal (piometra) experimentada por muchas hembras maduras que no están esterilizadas. Además, la esterilización elimina los ciclos estrales, los cambios de ánimo asociados con ellos, otros comportamientos no deseados y la atracción de machos a su patio.